Los chicos y
yo decidimos pasar el primer fin de semana de Octubre en dicha ciudad. Con algo
de antelación compramos los billetes de bus de la compañía “Polskibus” (http://www.polskibus.com/pl/index.htm).
Recordad esta compañía porque estará presente en casi todos los post de viajes que haga. Con “Polskibus” podréis ir a casi todas las capitales europeas cercanas a Cracovia, por precios irrisorios, y en la comodidad de buses con asientos de piel y prácticamente nuevos. En nuestro caso el billete apenas nos costó 40zl, es decir unos 10€, ida y vuelta. Por otro lado reservamos un “hostel” que estaba a unos 7/8 min andando de la plaza central y que nos costó unos 20€ por cabeza (estuvimos 2 noches y se llama Moom Hostel Wroclaw). En resumen, por unos 30€ pasamos el fin de semana en Breslavia.
Recordad esta compañía porque estará presente en casi todos los post de viajes que haga. Con “Polskibus” podréis ir a casi todas las capitales europeas cercanas a Cracovia, por precios irrisorios, y en la comodidad de buses con asientos de piel y prácticamente nuevos. En nuestro caso el billete apenas nos costó 40zl, es decir unos 10€, ida y vuelta. Por otro lado reservamos un “hostel” que estaba a unos 7/8 min andando de la plaza central y que nos costó unos 20€ por cabeza (estuvimos 2 noches y se llama Moom Hostel Wroclaw). En resumen, por unos 30€ pasamos el fin de semana en Breslavia.
En estas
entradas de mi blog, sobre los viajes que haga, no voy a recomendar que ver de
la ciudades, porque existen infinidad de páginas de viajes que lo explicaran
mil veces mejor que yo, y porque considero que esa tampoco es la función de mi
blog. Eso sí, os narrare la experiencia y algunos locales o sitios que puedan
ser interesantes.
Arrancamos
un viernes 7 de Octubre, en buses diferentes, por un lado las chicas que
arrancaron por la mañana para llegar allí al mediodía, y por otro lado, los
chicos, que arrancamos al mediodía para estar allí al final de la tarde
(decidimos arrancar más tarde para poder así ir antes a la peluquería y
ponernos guapos, el mundo al revés). Llegamos algo cansados, y como queríamos conocer
algo de la vida nocturna de la ciudad, decidimos descansar un rato,
arreglarnos, y bajar a cenar. Aquí llego el primer problema del viaje, éramos
unos 16, y fue imposible encontrar un sitio para cenar todos juntos. En Polonia
los restaurantes son bastante diferentes a España, no existe el concepto de “banquete”,
por lo que encontrar una mesa para más de 6, es realmente jodido, hablando mal
y claro.
Nos dividimos y posteriormente nos rejuntamos para ir a tomar unas
cervezas, por la zona de ocio nocturno de la ciudad, que casualmente la teníamos
a unos 5 min del hostel. La primera noche intentamos no liarnos mucho para así
poder visitar en condiciones la ciudad al día siguiente.
El sábado por
la mañana arrancamos rumbo a conocer la ciudad, para ello decidimos dividirnos
en grupos, para no volver a encontrarnos con el problema de la noche anterior.
Recorrimos el centro de la ciudad, los márgenes del río y las diferentes islas
que en el existen, en apenas unas 4 horas. En este tiempo visitamos todos
cuantos monumentos, edificios, plazas o esculturas podéis encontrar en
cualquier guía de viaje, pero lo que más gracia nos hizo y sin duda le da un
gran encanto a la ciudad son sus casi 200 gnomos que están colocados por toda
la ciudad. ¡¡Y os aviso!! Una vez que te fotografíes con uno de los gnomos no
pararas de hacerlo con el resto, ya que cada uno es distinto al anterior (avisados
quedáis).
Solo nos
faltaba por visitar la fuente de Breslavia, que está a las afueras del centro
de la ciudad, por lo que decidimos ir a comer a un restaurante que me
recomendara un amigo. Su nombre es “Kurna-chata”, y sin duda la mejor recomendación
que podían hacerme. Comida y cerveza típica polaca e increíble de precio. Muy pero
que muy recomendable.
Una vez teníamos
el estomago lleno decidimos hacer la digestión camino de la fuente que os
citaba anteriormente. Es un buen paseo, pero aprovechamos para ir por el otro
margen del rio y montarnos en un funicular que te devuelve al lado correcto. La
visita a la fuente es obligatoria, ya que es un espectáculo de luz y sonido.
Ya por la
noche, decidimos descubrir más a fondo los clubs y discotecas de la ciudad. En
nuestra búsqueda encontramos un local de chupitos con cientos de ellos
diferentes, aquí es donde llego el siguiente problema del viaje, probamos uno
llamado “Chuck Norris” (creo que el nombre lo dice todo) que nos dejo tocados
cerca de 1 hora, de lo picante que era. Pero a pesar de ello lo recomiendo
totalmente, su nombre es “Czupito Wroclaw”. El resto de la noche os la podéis
llegar a imaginar, cerveza tras cerveza, y así hasta que cerró todo.
El domingo
fue un día de transición, ya que ya conocíamos la ciudad. Y nos dedicamos a
volver a recorrer el centro hasta la hora de salida del bus.
En resumen,
Wroclaw es una ciudad pequeña pero con mucho encanto y perfecta para disfrutar
de un fin de semana con tus colegas o pareja.
Una Barba en Polonia.
Señor barba, afeitese.
ResponderEliminar