
Nuestro viaje comenzó el jueves 8 de Diciembre a las 23h. Como siempre nos
decantamos por el bus como medio de transporte, y con la compañía de todos
nuestros viajes hasta la fecha, Polskibus (El billete Cracovia-Budapest fue de
unos 20€ (http://www.polskibus.com/)). Decidimos viajar toda la noche para
poder aprovechar el viernes al completo. En este viaje debo resaltar que la
carretera que atraviesa Eslovaquia, no es que sea de una gran confianza, toda
nevada, aun así no tuvimos ningún problema y llegamos perfectamente a destino y
en hora. En torno a las 6 de la
mañana pisamos suelo húngaro, el bus nos dejo
en una estación que dista a varios Km del centro, aunque la misma estación
dispone de metro para llegar al centro. Una vez en el centro, a eso de las 7 de
la mañana, decidimos ir a desayunar y posteriormente entrar al piso que
habíamos alquilado. Alquilamos un piso, 2 noches, justo enfrente de la Basílica
de San Esteban, por unos 30€ pp. (https://www.booking.com/hotel/hu/feelbudapest-by-the-basilica.html?aid=831047&label=postbooking_confemail;pbsource=conf_email_hotel_name)
La primera mañana la dedicamos a visitar la zona de Buda,
donde están 3 de los monumentos más importantes de la ciudad (Ciudadela, Castillo y Bastión de los Pescadores) además de previamente atravesar el Puente
de las Cadenas. Finalizamos la visita de la ciudad ese día volviendo a cruzar
el Danubio y visitando el Parlamento de Hungría. Comimos y mostramos pleitesía
a nuestras camas, para así estar frescos en unas horas y poder visitar los
monumentos nocturnos de la ciudad.
Dicha noche visitamos un par de locales que me recomendaran
unos amigos. El primero fue el “Szimpla”, que es uno de los bares de ruinas que
invaden la ciudad y que son tan típicos de ella, y que sin duda no te puedes
perder, porque son espectaculares. Tenéis que probar el brebaje típico en la
ciudad, denominado "Unicum". Cuidado con pasarse con el alcohol en este bar,
porque en la última planta dispone de un estudio de tatuajes, y todos sabemos
lo que puede pasar. Después de unas cuantas cervezas, nos desplazamos al otro
local recomendado, “Instant”, que es otro bar de ruinas pero más grande y más
parecido a una discoteca, tiene un montón de salas con diferentes tipos de
música.
Ya por la mañana nos despertamos con la mala noticia de que
2 de los 4 que iniciamos el viaje, estaban enfermos. Aun así no perdimos la ocasión
de visitar la ciudad, y en esta ocasión, nos decantamos por la zona de Pest.
Nos pusimos en camino y atravesamos andando toda la majestuosa “Avenida Andrássy”
hasta llegar a la famosa “Plaza de los Héroes”. Si alguien se decide a viajar
en estas fechas a Budapest, por la parte de atrás de la “Plaza de los Héroes”,
en el lecho del río, montan una pista de hielo espectacular y un mercado
navideño, donde por cierto, aprovechamos para comer.
Las fuerzas de los enfermos ya flaqueaban, por lo que
volvimos al piso para que descansaran y en el caso de los no enfermos, empezar
a preparar la noche. Previo paso a llegar al piso, paramos en la plaza de la
Basílica de San Esteban, donde se realiza un espectáculo de luces y sonido,
cada hora. Ya metidos en plena vida nocturna, y como solo éramos dos, repetimos
el plan de la noche anterior, que
nos gustara mucho.
Domingo 11, último día en la ciudad, y con uno de los
enfermos mucho peor. Se encontraba bastante mal, por lo que decidió quedarse en la
habitación de un hostel, y los demás nos fuimos a disfrutar de las maravillosas
termas que ofrece la ciudad. Como existen varias en la ciudad, pedí información
a algún amigo, que me recomendó las de “Széchenyi”, y sin duda no se equivocaba,
lo pasamos en grande. El precio para entrar es de unos 15€.
Unas horas después y totalmente relajados, recogimos a Dani
en el hostel y pusimos rumbo a la estación, para a las 24:00h comenzar el viaje
de vuelta a Cracovia.
Una Barba en Polonia.
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