Después de una magnífica ruta por el norte de Italia, que
dividimos en 4 rutas y donde visitamos numerosos pueblos y ciudades, nos
dirigimos destino a Croacia.
En torno a las 23:30 de la noche del día 1 de Junio
emprendimos camino desde Venecia. Nuestro objetivo esa noche era llegar a
tiempo para coger uno de los primeros ferris de la mañana, que cruzan desde la
costa croata hasta la “Isla de Pag”. Era un viaje de unas 6 horas, bordeando la
costa de tan magnífico país.
Etapa 5: Venecia- Isla
de Pag. Pusimos rumbo a cruzar Eslovenia, aunque primero hicimos una parada
en Trieste para cenar algo y continuar nuestro camino. Charly como copiloto y
yo a los mandos de la furgoneta tan solo realizamos una parada más, para repostar
gasolina, ya que en Eslovenia es bastante más económico que en Italia.
Tras una larga noche y unos 350km, llegamos a Prizna (Puerto
donde se coge el ferri hacia nuestro destino) donde tan solo tuvimos que
esperar unos 20 min a que llegara nuestro ferri para poder realizar otro viaje
de unos 15 min para atracar en la citada isla.
Una procesión de coches se dirigió hacia “Novalja”, una zona
de la isla donde se situaba los apartamentos que incluía el festival. Por ser
de los primeros en llegar tuvimos la gran suerte de que nos tocó un gran piso,
con piscina incluida (todo un lujo).
El momento en el que pisamos la isla fue el punto de partida
a tres días de festival, que solo los define una palabra… ¡¡INCREIBLE!! El
festival nos costó sobre unos 120€ con el apartamento y una boat party
incluida. La verdad es que como colofón a nuestro Erasmus estuvo genial. La
mezcla de sol, fiesta, alcohol y amigos es insuperable.
Etapa 6: Isla de Pag-
Split- Dubrovnik. Ya situados en el día 5 de Junio y tras superar tres días
de festival y con muy pocas horas de sueño a nuestras espaldas, partimos dirección
Split. Situada a unos 200km de donde nos hallábamos.
Si alguno se decanta por viajar a Croacia, Split debe ser
una parada obligatoria, sin duda alguna. Es una ciudad espectacular, con una zona antigua
maravillosa y un puerto deportivo precioso. Nosotros aprovechamos para
visitarla y tomarnos un refresco en uno de los muchos bares que tiene a pie de
mar.
Una vez descansados e hidratados volvimos a la carretera
para terminar el día en Dubrovnik, donde habíamos reservado un hostel para
pasar la noche (el precio por persona fue de 11€ y el nombre era Cocoon Hostel & Apartments).
Etapa 7: Dubrovnik. El día 6 lo dedicamos por completo a visitar una de las ciudades que
personalmente más ganas tenía. Para todos aquellos amantes de Juego de Tronos, sabréis
que es uno de los emplazamientos clave donde se rueda la serie y sinceramente
qué mejor oportunidad para visitar una de las ciudades más espectaculares del
mundo y poder bañarse en el “Aguasnegras”.
La ciudad es magnífica,
desde el momento en el que atraviesas las murallas que siglos atrás la protegían,
parece como si al pasado te teletransportases, hasta que andas 50 metros y ya
te encuentras con la primera tienda que vende merchandising de “GoT”.
La mañana la
aprovechamos para visitar todo cuanto pudimos de la ciudad y la tarde la
dedicamos a catar una de las playas, previo paso por comer en un magnífico
restaurante que se encontraba a los pies del mismísimo mar Adriático. Un día espectacular sin duda.
Pero (como en todos
nuestros viajes, siempre tiene que aparecer el puñetero “pero”) una vez acabado
el día y ya adentrados en la noche, comenzaba la parte oscura de nuestro viaje…
El camino de retorno a casa. Lo resalto porque la verdad es que fue una buena
machada.
Etapa 8: Dubrovnik- Milán. En torno a las 10 de la noche arrancamos dirección Milán, por delante
nos quedaban 1100 km y 12 horas de carretera, para poder llegar a tiempo de
coger nuestro vuelo, dirección Krakow.
El día 7 de Junio
nuestra increíble aventura de 3500 km, 10 días, 4 países y multitud de pueblos
y ciudades visitadas, llegó a su fin. Puedo afirmar sin miedo a equivocarme,
que será uno de los viajes que jamás olvidaré y que siempre llevaré en mi corazón.
Todo cuanto adjetivo calificativo positivo se os ocurra podría describir tal
hazaña y se quedaría corto.
Me gustaría dar las
gracias a todos y cada uno de mis compañeros por hacer posible tal aventura,
por todas y cada una de las bromas, alegrías y sonrisas que me han provocado. Y
gracias a todos los que desde Krakow vinisteis en bus e hicisteis que el
festival fuera único. ¡¡Os quiero a todos!!
Una
barba en Polonia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario