Como ya comentaba en algún post anterior, las clases allá no
empiezan hasta octubre, por lo que los primeros días los destinas a adaptarte,
hacer papeleo, conocer gente y por supuesto disfrutar de la noche. Y hablando
de la noche, cabe decir que quizá sea el 50% de la vida de un Erasmus. Llega un
punto a lo largo del año, que salir ya se convierte en algo automatizado, ya no
sales por gusto si no por obligación. Y aunque parezca increíble, la última
frase es cierta. Y recalco, “es cierta”, porque te acostumbraras a escuchar
frases como:
-
“Tio, es lunes, apura que a las 8 tenemos que
estar en “Pijalnia” para coger sitio…
-
“Oooh si, miércoles. “Cubanito” niño!!
-
¿Qué día es hoy?... Jueves… Ufff “Aferazo”!!
-
Ya es viernes, habrá que salir…
-
¿Hoy es sábado, no? Bajo al “lewiatan” a por una
botella de vodka…
-
Los domingos están los “Cubalibres” a 5zl,
podíamos ir…
Para el que vaya a realizar un Erasmus en Krakow, estas
serán sus frases más utilizadas. Y sin duda puedo afirmar que serán los mejores
recuerdos que te quedaran. Eso sí, siempre y cuando te acuerdes de lo que
hiciste la mayoría de las noches. Podría contar miles de historias, anécdotas,
recordar los mil y un bailes en el cubano, cientos de conversaciones en
“Banialuka” aliñadas siempre con su cerveza y chupito, o acordarme y no parar
de reír al visualizar en mi mente, todas las veces y todos los locales en que
“Marta” (mi querida Celaya) se quedó dormida. Inolvidable.
Otro de los aspectos en los que se indaga a fondo en el
Erasmus, es el tema de los viajes. Viajar desde Polonia resulta muy barato,
tanto por los precios como por estar situado en un punto estratégico para ello.
Organizándose bien, se puede realizar alrededor de un viaje al mes. En mi caso
y como relate en numerosos posts, visite ciudades como Wroclaw, Praga,
Budapest, Berlín, Dubái, Milán, Florencia, Dubrovnik, Poznan… Infinidad de lugares y cada uno con
sus particulares historias y anécdotas, desde intentar fotografiarme con
multitud de gnomos, conocer a “Galancheco”, poner el toque musical en Dubai, hasta
hacer 3500km en una furgoneta. Inolvidable.
En el caso de la Universidad y refiriéndome a los estudios
que allí curse, debo admitir que quizás no fue el año que más conceptos aprendí,
pero sin duda es una opción inmejorable de conocer otro sistema educativo, que
en mi caso, que estudió ingeniería mecánica, debo apuntar que son clases mucho
más prácticas que teóricas. Y hablando de la universidad, no puedo olvidarme de
la Residencia, donde viví grandes momentos y conocí a mis queridos compañeros
de habitación, Dani y Jess, además de nuestros inquilinos, Charly, Igor o
Legazpi. A día de hoy ya no comparto habitación con ellos, pero se han
convertido en una parte fundamental de mi vida, se han convertido en mi familia.
Son tantos los momentos que hemos vivido en ese edificio y entre esas 4
paredes, que necesitaría folios y folios para poder enumerarlas… comer como
reyes, viciar hasta altas horas de la madrugada, tocarle los cojones a Pralnia,
tardar horas en arreglarnos o apoyarnos en los peores momentos. Inolvidable.
Por último, lo que más añoro y sin lo que sería imposible
tener todos estos recuerdos. Es toda esa gente que hizo posible, que los 10
meses que duró mi Erasmus, fueran los mejores de mi vida. Tal experiencia como
el Erasmus sería imposible sin todas esas personas, que finalmente son con las
que compartes las mil y un historias que me acompañaran en el recuerdo a lo
largo de mi vida. Gracias a ellos, todo esto es inolvidable. Os quiero familia.
“Erasmus is not one
year in your life but your life in one year!”
Una Barba en
Polonia.
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